Cribado nutricional en el paciente crítico:
Nutritional Risk Screening 2002 para la detección del riesgo de malnutrición
[Nutritional screening in the critically ill
patient: Nutritional Risk Screening 2002 to detect risk of malnutrition]
Eliana Gómez,* Leticia Peralta
Sección Adulto. Servicio Internación.
Departamento de Alimentación y Dietoterapia. Hospital Nac. Prof. A. Posadas,
Buenos Aires, Argentina
* Correspondencia: elisgomez08@gmail.com
Las
autoras no declaran conflictos de intereses.
Resumen
Objetivos: Describir el riesgo de malnutrición mediante
el Nutritional Risk Screening 2002 en pacientes críticos con la clasificación
propuesta por expertos. Analizar la asociación con la mortalidad, los días de
estancia en la UCI y el estado nutricional utilizando los puntos de corte
propuestos del Nutritional Risk Screening 2002.
Diseño: Estudio de pruebas diagnósticas, estándar de
referencia, analítico, observacional y transversal con datos de carácter
retrospectivo, realizado durante noviembre y diciembre de 2019.
Ámbito: Unidad de Cuidados Intensivos.
Pacientes: Se incluyeron 103 pacientes >18 años con
estancia en la UCI >24 horas. Los criterios de exclusión fueron pacientes en
cuidados paliativos y datos faltantes de las variables analizadas.
Intervenciones: Ninguna.
Variables de interés: Datos demográficos, motivo de ingreso,
ventilación mecánica, duración de la ventilación mecánica, días de estancia en
la UCI, Nutritional Risk Screening 2002 (riesgo de malnutrición ≥3 y alto
riesgo ≥5), Valoración Global Subjetiva y mortalidad.
Resultados: El 49,5% fueron hombres con una edad [mediana
(RIC)] de 58 (47-67) años. La mitad (53,4%) tenía alto riesgo de malnutrición y
solo el 6,8% no presentó riesgo. El alto riesgo de malnutrición tuvo una asociación
estadísticamente significativa con la necesidad de ventilación mecánica (p
<0,05), la estancia en la UCI (p = 0,001), la tasa de mortalidad (p = 0,003)
y el estado nutricional según la Valoración Global Subjetiva (p <0,05).
Conclusiones: El alto riesgo de malnutrición según los
puntos de corte recomendados por expertos permitió distinguir pacientes con
malnutrición según la Valoración Global Subjetiva, la estancia más prolongada
en la UCI y la muerte.
Palabras clave: Cuidados críticos; estado nutricional;
pesquisa nutricional; malnutrición.
Abstract
Objectives: To describe the risk of malnutrition using the
Nutritional Risk Screening 2002 in critically ill patients with the
classification proposed by experts. To analyze the association with mortality,
days of stay in the Intensive Care Unit and nutritional status using the
proposed cut-off points of the Nutritional Risk Screening 2002.
Design: Diagnostic tests, reference standard,
analytical, observational and cross-sectional study with retrospective data,
performed during November and December 2019.
Setting: Intensive Care Unit.
Patients: 103 patients, >18 years, in an Intensive Care
Unit during at least 24 h were included. The exclusion criteria were patients
in palliative care and when the analyzed variables were insufficient.
Interventions: None.
Variables of interest: Demographic data, reason for admission,
mechanical ventilation, duration of mechanical ventilation, days of stay in the
ICU, Nutrition Risk Screening 2002 (risk of malnutrition ≥3 and high risk ≥5),
Subjective Global Assessment and mortality.
Results: 49.5% were male with a [median (IQR)] age of 58
(47-67) years. Half (53.4%) presented a high risk of malnutrition and only 6.8%
did not present any risk. The high risk of malnutrition had a statistically
significant association with mechanical ventilation (p<0.05), stay in the
Intensive Care Unit (p 0.001), mortality (p 0.003) and nutritional status
according to Subjective Global Assessment (p<0.05).
Conclusions: The high risk of malnutrition according to the
cut-off points recommended by experts allowed us to distinguish patients with
malnutrition according to Subjective Global Assessment, longer stay in the
Intensive Care and mortality.
Keywords: Critical illness; nutrition status; nutritional
screening; malnutrition.
Introducción
Los pacientes críticos tienen múltiples factores que pueden conducir a la
malnutrición que está estrechamente relacionada
con resultados clínicos desfavorables, como una prolongada estancia
hospitalaria y un aumento de la tasa de mortalidad.1 Durante el desarrollo de la enfermedad
crítica, se produce un estado de hipercatabolismo severo (asociado a la
respuesta inflamatoria y relacionado con la gravedad de la enfermedad) que
predispone a un alto riesgo de malnutrición. Por otra parte, en muchas ocasiones,
los pacientes sufren comorbilidades crónicas cuando ingresan en la Unidad de
Cuidados Intensivos (UCI), que agravan el cuadro de malnutrición.2
El proceso de atención nutricional
representa un pilar fundamental en el tratamiento de todo paciente. Al ingresar
en la UCI, es necesario determinar el riesgo de malnutrición para realizar una
intervención nutricional adecuada y oportuna que ayude a reducir los episodios
adversos asociados.3,4
La American Society of Parenteral and Enteral Nutrition (ASPEN) define al cribado o screening nutricional como “un proceso destinado a identificar individuos que están en riesgo de malnutrición para luego indicar una evaluación nutricional detallada, y una intervención nutricional oportuna y adecuada”.5 Se realiza con herramientas que deben ser capaces de identificar a los pacientes de forma rápida, sencilla y que cualquier miembro del equipo de salud pueda utilizar.6
La búsqueda de una herramienta de cribado de malnutrición destinada al paciente en estado crítico continúa siendo un interrogante. Sin embargo, existen diferentes posiciones al respecto en esta población.7-10
La ASPEN sugiere realizar un cribado nutricional dentro de las 48 h del ingreso en todo paciente crítico.11 Una de las herramientas propuestas es el Nutritional Risk Screening 2002 (NRS 2002). Originalmente se validó un puntaje ≥3 del NRS 2002 para categorizar a los pacientes con “riesgo de malnutrición”.12 Pero, al hablar del paciente crítico, una recomendación de expertos de la ASPEN determina que, a aquellos con valores ≥5, se los debe considerar con un “alto riesgo de malnutrición”, tienen mayores probabilidades de beneficiarse de la nutrición enteral temprana.11 Sin embargo, este punto de corte, hasta el momento, no está validado para esta herramienta.
La European Society of Parenteral and Enteral Nutrition (ESPEN) establece que no existe un patrón de referencia en la detección del riesgo de malnutrición para el paciente crítico y que, al permanecer más de 48 h en la UCI, debe ser considerado con riesgo de malnutrición, independientemente del motivo del ingreso.13
La Sociedad Alemana de Medicina
Nutricional sugiere evaluar el estado nutricional de todo paciente ingresado en
la UCI.14 Una de las formas que recomienda es el uso de la Valoración Global
Subjetiva (VGS), de forma tal de lograr una intervención precoz y mejorar los
resultados clínicos. Como herramienta adicional, sugiere el uso del NRS 2002 y,
para categorizar el riesgo de malnutrición, propone los mismos puntos de cortes
establecidos por la ASPEN, clasificando a los pacientes con “riesgo de
malnutrición” si tienen un puntaje ≥3 y con “alto riesgo de malnutrición”, si
el puntaje es ≥5.
Ante la necesidad de detectar el riesgo de malnutrición y las diferencias en cuanto al punto de corte para utilizar en un paciente crítico, es que surge la necesidad de determinar los beneficios de utilizar lo propuesto por expertos.
Objetivo primario
Describir el riesgo de malnutrición mediante el NRS 2002 en la UCI del Hospital “Prof. Alejandro Posadas”, de Buenos Aires.
Objetivo secundario
Analizar la asociación entre el riesgo de malnutrición mediante el NRS 2002 según los puntos de corte propuesto por la ASPEN con la tasa de mortalidad, los días de estancia en la UCI y el estado nutricional.
Pacientes y Métodos
Estudio analítico, observacional y transversal con datos de carácter retrospectivo. Se llevó a cabo con los datos obtenidos en la UCI del Hospital “Prof. Alejandro Posadas” de la provincia de Buenos Aires, durante el período de noviembre a diciembre de 2019.
Los criterios de inclusión fueron: edad >18 años, estancia >24 h en la UCI. Los criterios de exclusión fueron: pacientes en cuidados paliativos y aquellos con datos faltantes de las variables analizadas.
Las variables analizadas tomadas de la historia clínica fueron: sexo, edad, antecedentes patológicos de importancia que pudieran tener impacto sobre el estado nutricional (diabetes mellitus, hipertensión arterial o insuficiencia cardíaca, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cirrosis). El motivo de ingreso en la UCI se categorizó en clínico o quirúrgico (urgencia o programado). El diagnóstico se clasificó en cardiovascular, neurológico, gastrointestinal, traumatológico, renal, respiratorio, sepsis, trauma y oncológico. Se registró la necesidad de asistencia respiratoria mecánica (ARM) y traqueotomía, y se estableció la duración de la ARM cuando correspondiera. Se determinaron el tiempo de estancia en la UCI y la tasa de mortalidad. La estancia en la UCI se calculó desde el momento del ingreso hasta el último día de toma de registro, expresada en días.
En cuanto a
la información nutricional, se registraron el momento de inicio del soporte
nutricional (considerado precoz si comenzaba dentro de las 48 h) y la vía de
alimentación (oral, nutrición enteral, nutrición parenteral o mixta). Se
utilizaron los datos del NRS 2002 realizado dentro de las primeras 48 h del
ingreso. Los resultados se categorizaron en: sin riesgo cuando el puntaje fue
<3; con riesgo moderado ≥3-<5 y alto riesgo ≥5. Para determinar el estado
nutricional se utilizó la VGS y se clasificó a los pacientes en: A (buena
nutrición), B (malnutrición moderada) y C (malnutrición severa). De la historia
nutricional del paciente se tomaron los valores del peso actual y el peso
habitual, expresados en kilogramos; y la talla (en cm), y se calculó el índice de masa corporal. Los puntos de
corte para las categorías de índice de masa corporal se consideraron según la bibliografía
internacional.17
Análisis estadístico
Para las
variables cuantitativas se utilizaron medidas de tendencia central con sus
respectivas dispersiones según la distribución de la muestra, la media y la
desviación estándar para las de distribución normal, o mediana, y primer y
tercer cuartilo (rango intercuartílico, RIC) para las que no se distribuyen
normalmente. Para las variables cualitativas se utilizaron el recuento absoluto
y las proporciones.
Para las comparaciones entre el primer tipo de variables se utilizó la prueba de Mann-Whitney para comparación de dos grupos y, para comparación de tres grupos, se utilizó la prueba de Kruskal-Wallis. Para evaluar la asociación de las variables cualitativas se utilizaron la prueba de ji al cuadrado y la prueba de proporciones basada en pruebas bilaterales ajustada con corrección de Bonferroni.
Se consideró estadísticamente significativo un valor p <0,05. Los análisis se realizaron con el programa SPSS.
Reparos éticos
Los investigadores intervinientes nos comprometimos a cumplir con la Ley 26.529/2009 y su modificatoria 26.742/2012 “Derechos del paciente en relación con los profesionales e instituciones de salud”, asegurando la confidencialidad de los datos de los participantes. Para tal fin, se eliminó toda la información de identificación personal de los registros del estudio después de compilar los datos de salud y se guardó en formatos electrónicos encriptados que estarán a disposición de revisión del comité de ética en investigación de la institución.
Resultados
Se evaluó a 103 pacientes. El 49,5% (n = 51) eran hombres, con una edad [mediana (RIC)] de 58 años (47-67). Los motivos de ingreso correspondieron a clínica médica (58,2%; n = 54) y cirugía (41,8%). El 25,3% fueron urgencias y el 16,5%, ingresos programados (Tabla 1).
Tabla 1
Características clínicas y epidemiológicas de
la población según la clasificación del Nutritional Risk Screening (NRS) 2002
|
Total (n = 103) |
NRS sin riesgo (<3) (n = 7) |
NRS con riesgo (≥3-<5) (n = 40) |
NRS riesgo alto (≥5) (n = 56) |
p |
Edad (años, mediana [RIC)]) |
58 (47-67) |
38* (20-47) |
56 (47-62) |
62* (51-69) |
0,003 |
Sexo n, (%) Femenino Masculino |
51 (49,5) 52 (50,5) |
1 (14,3) 6 (85,7) |
23 (58,5) 17 (41,5) |
27 (47,3) 29 (52,7) |
NS |
Motivo del ingreso n, (%) Médico Quirúrgico Urgencia Programado |
60 (58,2) 26 (25,3) 17 (16,5) |
5 (71,4) 0 (0) 2 (28,6) |
23 (57,5) 11 (27,5) 6 (15) |
32 (57,1) 15 (26,8) 9 (16,1) |
NS |
Diagnóstico |
|
|
|
3 (5,4) 5 (8,9) 14 (25) 2 (3,6) - 14 (25) 7 (12,5) 1 (1,8) 10 (17,8) - |
NS |
Cardiovascular Neurológico Gastrointestinal Traumatológico Trauma Sepsis Respiratorio Renal Oncológico Metabólico |
3 (2,9) 23 (22,3) 15 (14,6) 3 (2,9) 4 (3,9) 20 (19,4) 14 (13,6) 2 (1,9) 15 (14,6) 4 (3,9) |
- - 1 (14,3) - 1 (14,3) 1 (14,3) 2 (28,5) - - 2 (28,5) |
- 18 (45) - 1 (2,5) 3 (7,5) 5 (12,5) 5 (12,5) 1 (2,5) 5 (12,5) 2 (5) |
RIC = rango intercuartílico, NS = no
significativo.
* Par con diferencia significativa.
El 54,4% (n = 56) tuvo un puntaje ≥5 en el NRS 2002, equivalente a alto riesgo de malnutrición; el 38,8% (n = 40), valores equivalentes a riesgo moderado de malnutrición y el 6,8% (n = 7), <3 (sin riesgo). El 21,4% del grupo con alto riesgo de malnutrición era >70 años, el 7,5% del grupo con riesgo moderado tenía >70 años y ningún paciente sin riesgo era >70 años.
El 66% de la muestra requirió ARM, con una duración promedio de 6 días (rango 2-16). La necesidad de ARM fue significativamente mayor en el grupo con alto riesgo de malnutrición que en el grupo sin riesgo (p <0,05). Sin embargo, no hubo diferencia entre los distintos grupos de riesgo (alto y moderado). Respecto a la duración de la ARM se evidenció una diferencia estadísticamente significativa entre los pacientes sin riesgo y con alto riesgo de malnutrición (p = 0,006).
La mediana de la estancia en la UCI fue de 5 días (RIC 3-15). Cuando se analizó según la clasificación del NRS 2002, se observó que, a mayor puntaje en el cribado nutricional, más prolongada era la estancia en la UCI, con una diferencia estadísticamente significativa (p = 0,001).
La tasa de mortalidad de toda la muestra fue del 31%. Se observó una asociación estadísticamente significativa entre los pacientes con riesgo y alto riesgo en relación con la tasa de mortalidad (p = 0,003), fue del 15% en pacientes con riesgo de malnutrición y del 46,4% en el grupo de alto riesgo (Tabla 2).
Tabla 2
Características clínicas según la
clasificación del Nutritional Risk Screening (NRS) 2002
|
Total (n = 103) |
NRS sin riesgo (<3) (n = 7) |
NRS con riesgo (≥3-<5) (n = 40) |
NRS riesgo alto (≥5) (n = 56) |
p |
Necesidad de ARM (%) |
68 (66) |
2 (28,6)* |
25 (61) |
41 (74,5)* |
<0,05 |
Duración de la ARM (días - mediana [RIC]) |
6 (2-16) |
1 (1-1)* |
2 (1-12) |
10 (5-18)* |
0,006 |
Estancia en la UCI (días - mediana [RIC]) |
5 (3-15) |
3 (2-4)* |
4 (3-9) |
8 (4-22)* |
0,001 |
Mortalidad n, (%) |
32 (31) |
- |
6 (15) |
26 (46,4) |
<0,05 |
ARM = asistencia respiratoria mecánica, UCI =
unidad de cuidados intensivos.
* Par con diferencia significativa.
Si bien la mediana (RIC) del índice de masa corporal de la muestra fue de 26,2 kg/m2 (22,5-31,1), correspondiente a la clasificación de sobrepeso, según la VGS, un 23,3% (n = 24) pertenecía a la categoría A (bien nutrido); el 38,8% (n = 40), a la B (moderadamente malnutrido) y el 37,9% (n = 39), a la C (severamente malnutrido). El diagnóstico nutricional de malnutrición moderada (VGS B) representó una asociación estadísticamente significativa en el grupo de alto riesgo en comparación con el grupo sin riesgo (p <0,05). Por otro lado, todo los pacientes con malnutrición severa (VGS C) presentaban un NRS 2002 ≥5 (alto riesgo de malnutrición) (Tabla 3).
Tabla 3
Características nutricionales de los
participantes según puntos de corte del Nutritional Risk Screening (NRS) 2002
|
Total n = 103 |
NRS sin riesgo (<3) n = 7 |
NRS con riesgo (≥3-<5) n = 40 |
NRS alto riesgo (≥5) n = 56 |
p |
Índice de masa
corporal [kg/m2 - mediana (RIC)] |
26,2 (22,5 – 31,1) |
22,7 (22,1 – 31,1) |
29,2 (25,8 – 33)* |
24 (21,2 – 29,7)* |
0,008 |
Clasificación de VGS A – Bien nutrido B – Moderadamente malnutrido C – Severamente malnutrido |
24 (23,2) 40 (38,8) 39 (37,9) |
7 (100) - - |
17 (41,5) 24 (58,5) - |
- 16 (29,1) 39 (70,9) |
<0,05 |
Alimentación precoz <48 h [n (%)] |
59 (60,8) |
6 (85,7) |
29 (70,7)* |
24 (43,6)* |
<0.05 |
Vía de alimentación Vía oral Nutrición enteral Nutrición parenteral Mixta No iniciaron durante la estancia en UCI |
34 (33) 55 (53,4) 5 (4,9) 5 (4,9) 4 (3,9) |
5* 2 - - - |
18^ 19 1 1 1 |
11*^ 34 4 4 3 |
<0.05 NS NS NS NS |
VGS = valoración global subjetiva, UCI =
unidad de cuidados intensivos, RIC = rango intercuartílico, NS = no
significativo.
* Par con diferencia significativa. ^Par
con diferencia significativa.
La vía de alimentación fue oral (33%), nutrición enteral (53,4%), nutrición parenteral (4,9%) y mixta (4,9%). El 3,9% no inició alimentación durante la estancia en la UCI. Se observó una asociación estadísticamente significativa entre los pacientes con vía oral y la clasificación del NRS 2002 (p <0,05), no se observaron diferencias respecto al resto de las vías de alimentación (nutrición enteral, nutrición parenteral y mixta).
La alimentación fue precoz (<48 h) en
el 60,8% de los pacientes. Cuando se analizó según la clasificación del NRS
2002, se observó que el grupo con riesgo de malnutrición comenzaba la
alimentación antes que el grupo de alto riesgo (p <0,05). La alimentación
precoz en nuestra población no tuvo diferencias significativas entre quienes
sobrevivieron y quienes no (p = 0,29). La tasa de mortalidad resultó ser estadísticamente
significativa en los pacientes con alto riesgo de malnutrición comparados con el resto de los
grupos (p = 0,003) (Tabla 4).
Tabla 4
Características clínicas y nutricionales de
los pacientes que sobrevivieron y de los que fallecieron
|
Supervivientes (n = 69) |
Fallecidos (n = 31) |
p |
IMC [kg/m2 - mediana (RIC)] |
27,3 (22,5-31,2) |
24,8 (22,5-29,2) |
0,572 |
Estancia en la UCI [días - mediana (RIC)] |
4 (3-8) |
15 (8-25) |
<0,0001 |
Alimentación precoz <48 h [n (%)] |
43 (65,2) |
15 (53,6) |
0,216 |
IMC = índice de masa corporal, RIC = rango
intercuartílico, UCI = unidad de cuidados intensivos.
Discusión
En este estudio, el 93% tenía riesgo de malnutrición, la mitad de los pacientes fueron clasificados con alto riesgo de malnutrición (NRS 2002 ≥5). En cuanto al diagnóstico nutricional mediante la VGS, un 23,3% estaba bien nutrido; el 38,8% tenía malnutrición moderada y el 37,9%, malnutrición severa.
Cabe señalar que, en este contexto, el
término “alto riesgo nutricional” no solo se refiere a la presencia o no de
malnutrición, sino que también hace referencia al riesgo de sufrir
complicaciones que podrían haberse evitado con una terapia nutricional oportuna
y adecuada antes del ingreso en la UCI.18
Un punto clave de los pacientes críticos
es que su estado nutricional se ve afectado muy rápidamente.19 Los pacientes en la UCI pueden llegar a perder
1 o 2 kg de proteína corporal en 10 días, correspondiente al 10-15% de su
contenido total inicial de proteínas.20 A medida que se prolonga la estancia en la
UCI, la pérdida de masa muscular continúa agravándose, por lo cual el soporte
nutricional y la movilidad precoz son fundamentales para prevenir o atenuar la
pérdida muscular y mejorar los resultados clínicos.21
La estancia en la UCI está estrechamente relacionada con la malnutrición y la necesidad de apoyo nutricional. Sobre este punto, Kondrup destaca que deberían reverse las variables por utilizar en el NRS 2002 cuando se aplica en el paciente crítico. Todos los pacientes en la UCI con un puntaje APACHE >10 se consideran en riesgo, independientemente de las variables nutricionales.18 El autor señala que el puntaje APACHE debería ser reemplazado por la estancia en la UCI esperada de, al menos, 7 días en relación con la necesidad de ARM. Sin embargo, no existe una forma estandarizada de poder predecirlo.
Küçükardali et al analizaron el uso del NRS 2002 en pacientes críticos clasificándolos en riesgo y sin riesgo de malnutrición, respecto a las características de esta población, se observó que el grupo con riesgo tenía una edad estadísticamente superior que aquellos sin riesgo (p = 0,03).22 Por otro lado, en este estudio, no había pacientes >70 años en el grupo sin riesgo de malnutrición. Este método de cribado nutricional tiene en cuenta la edad del paciente, motivo por el cual el puntaje final en el adulto mayor resulta superior. Viana et al observaron que los pacientes que fallecieron tenían una edad estadísticamente superior a la de los supervivientes (p = 0,024), como también un puntaje del NRS 2002 estadísticamente más alto (p = 0,033).23
En nuestro estudio, la necesidad de ARM fue estadísticamente mayor en el grupo con puntaje ≥5 en comparación con el grupo <3; sin embargo, no existió una diferencia significativa entre el grupo de riesgo moderado y el de alto riesgo. En cuanto a la duración de la ARM, se detectó una asociación estadísticamente significativa entre el grupo sin riesgo y el de alto riesgo. Los mismos resultados se observaron en el estudio prospectivo de Marchetti et al.24
Por otro parte, la estancia en la UCI resultó ser estadísticamente superior en los pacientes con riesgo de malnutrición, tanto en aquellos con riesgo moderado como severo. Sin embargo, cuando se comparó a los pacientes en riesgo, se observó que aquellos con alto riesgo de malnutrición tenían una estancia en la UTI estadísticamente más prolongada que los pacientes con riesgo moderado. Estos resultados demuestran que los pacientes con alto riesgo de malnutrición (NRS 2002 ≥5) son los que permanecen más tiempo en la UCI.
Rattanachaiwong et al compararon
distintas herramientas de cribado nutricional en pacientes críticos, la
malnutrición severa mediante la VGS fue similar a los resultados encontrados en
este estudio.25 Sin embargo, el 50% de los pacientes
presentaban una VGS A, mientras que, en nuestra población, solo el 23% estaba
bien nutrido. Otro de los resultados del estudio de Rattanachaiwong et al fue
que el NRS 2002 utilizando un puntaje ≥5 para la clasificación de alto riesgo,
resultó ser la herramienta con más sensibilidad en relación con la VGS (79,7%).
En nuestra población, todos los pacientes con diagnóstico de malnutrición
severa se incluían en el grupo de alto riesgo de malnutrición.
Este cambio en el punto de corte del NRS 2002 también fue considerado en otro tipo de pacientes. Bin Jie et al evaluaron el efecto del soporte nutricional antes de la cirugía sobre los resultados clínicos en pacientes con alto riesgo de malnutrición según esta herramienta.26 Los resultados sugieren que se debería instaurar el soporte nutricional temprano en pacientes con un puntaje ≥5, ya que estaría asociado a la mejoría de los resultados clínicos y la tasa de mortalidad.
En nuestro estudio, hubo una asociación
positiva entre el estado nutricional mediante la VGS y la clasificación de alto
riesgo de malnutrición. Raslan et al evaluaron el uso complementario de la VGS
y el NRS en pacientes hospitalizados y observaron que el NRS 2002 en las
primeras 48 h y la VGS en pacientes en riesgo de malnutrición (puntaje ≥3)
permiten predecir la mortalidad.27 La VGS tiene una validez predictiva en
relación con la mortalidad, la malnutrición es un factor independiente de
peores resultados clínicos en la UCI.28,29
Respecto a la vía de alimentación, el 60% de los pacientes (n = 34) con alto riesgo de malnutrición recibía nutrición enteral. Sin embargo, la nutrición temprana fue menor en el grupo de alto riesgo de malnutrición correspondiendo a la imposibilidad de iniciar la alimentación de forma precoz por el estado clínico del paciente.
En nuestra población, la tasa de mortalidad tuvo una asociación estadísticamente significativa con la clasificación de riesgo del NRS 2002. El 45% de los pacientes con alto riesgo de malnutrición murieron, mientras que todos aquellos sin riesgo de malnutrición sobrevivieron. Al igual que en otros estudios, el riesgo de malnutrición representa una variable por tener en cuenta cuando se la relaciona con los resultados clínicos y la tasa de mortalidad.4,30
Las limitaciones de este estudio son la
imposibilidad de utilizar el peso actual del paciente, se usó el peso referido
por el propio paciente o por sus familiares. Otras de las limitaciones fue su
diseño observacional y la imposibilidad de realizar mediciones de la masa
muscular (densitometría ósea, bioimpedancia eléctrica, tomografía
computarizada, resonancia magnética, ecografía).31-33 Se deberían llevar a cabo estudios
controlados y aleatorizados en grupos con alto riesgo de malnutrición para
determinar si existen beneficios clínicos según diversas intervenciones
nutricionales, tales como la vía de alimentación (nutrición enteral agresiva,
nutrición parenteral complementaria), la cantidad y calidad de proteínas, la
utilización de inmunonutrientes, como omega 3, arginina o glutamina, y la
movilización precoz.34-37
Conclusiones
La incidencia del riesgo de malnutrición del paciente crítico en la población estudiada fue elevada, por lo que validar el cambio en el punto de corte de la herramienta permitiría diferenciar, con mayor precisión, el riesgo.
Los resultados demostraron que los pacientes con alto riesgo de malnutrición (NRS 2002 ≥5) tuvieron una estancia más prolongada en la UCI y una tasa de mortalidad más alta que aquellos sin riesgo según el NRS 2002.
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