Manejo fonoaudiológico en pacientes críticos crónicos con
traqueostomía: un enfoque sistematizado
[Speech-Language Pathology Management in Chronic Critical Patients with
Tracheostomy: A Systematic Approach]
Agustina Davancens,* Carolina
Baigorri, Mercedes Albeverio, Raúl A. Sabena, María F. Guarriello, Nancy
Mantiñan, Ignacio Romero, Carla Garay
Unidad de Paciente Crítico Crónico, Sanatorio Güemes, Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, Argentina
* Correspondencia:
agusdavancens@gmail.com
Los
autores no declaran conflictos de intereses.
Resumen
Introducción: Los pacientes críticos crónicos que han
sobrevivido a la lesión inicial y sufren una falla de órganos persistente
requieren de cuidados especializados. Muchos reciben soporte vital y
alimentación enteral, y tienen una traqueostomía. Un manejo interdisciplinario
es esencial para la descomplejización y refuncionalización. El rol del
fonoaudiólogo, fundamental para realizar intervenciones clínicas tempranas y
efectivas, estará centrado en detectar, evaluar y rehabilitar alteraciones de
la comunicación y de la deglución. Objetivo: A partir de un diagrama de flujo,
describir la intervención fonoaudiológica implementada en nuestra institución,
en el paciente crítico crónico con traqueostomía para sistematizar la
descomplejización de la encrucijada aerodigestiva y favorecer el proceso de decanulación.
Conclusión: El flujograma propuesto subraya la
importancia de una intervención fonoaudiológica sistemática y ofrece un marco
valioso que podría mejorar los resultados clínicos y reducir complicaciones en
contextos con recursos variados. Sin embargo, no es extrapolable a otras
instituciones que no cuenten con fonoaudiólogos.
Palabras clave: Disfagia; fonoaudiología; unidad de
cuidados intensivos; traqueostomía; paciente crítico crónico.
Abstract
Introduction: Chronic critically ill patients who have
survived the initial injury and experience persistent organ failure require
specialized care. Many of them depend on life support, enteral feeding, and
tracheostomy. An interdisciplinary approach is essential for their
stabilization and functional recovery. The role of the speech-language
pathologist is crucial for providing early and effective clinical
interventions, focuses on detecting, assessing, and rehabilitating
communication and swallowing disorders. Objective: Describe the speech-language pathology
intervention, using a flowchart implemented at our institution, for chronic
critically ill patients with tracheostomy, in order to systematize the
management of the aerodigestive crossroads and facilitate the decannulation
process. Conclusion: The proposed flowchart highlights the
importance of a systematic speech-language pathology intervention, offering a
valuable framework that could improve clinical outcomes and reduce
complications in settings with varied resources. However, it may not be
applicable to other institutions where speech-language pathologists are not
available.
Keywords: Dysphagia; speech-language pathology;
intensive care unit; tracheostomy; chronic critically ill patient.
Introducción
Los avances
en cuidados intensivos han permitido que más pacientes sobrevivan a una
enfermedad crítica aguda, también han creado una población grande y creciente
de pacientes con dependencia prolongada de la ventilación mecánica y otras
terapias de cuidados intensivos, los pacientes críticos crónicos (PCC).1 Las Unidades de Pacientes Críticos Crónicos
(UPCC) fueron diseñadas para poder dar respuestas a estas necesidades, proponen
la intervención con un enfoque integral, interdisciplinario y con profesionales
altamente capacitados. El abordaje del profesional fonoaudiólogo dentro de este
equipo estará centrado en detectar, evaluar y rehabilitar alteraciones de la
comunicación, ya sea en el habla o en el lenguaje, y de la deglución. A su vez,
brinda herramientas y da soporte a las familias que acompañan al paciente.
El acto
deglutorio implica una serie de sucesos totalmente coordinados que, con una
mínima falla, puede repercutir ampliamente en la evolución de los PCC. Estos
pacientes requieren de soporte vital y de cuidados especializados por meses,
reciben alimentación enteral y, en su mayoría, tienen una traqueostomía. El
manejo interdisciplinario es la clave para descomplejizar al paciente, dentro
del cual el rol del fonoaudiólogo es fundamental para realizar intervenciones
clínicas tempranas y efectivas, incluso en aquellos pacientes en los que la
alimentación por vía oral no sea una opción, pero sí la decanulación. Dichas
intervenciones tienen la finalidad de facilitar la comunicación, rehabilitar la
deglución, adaptar las consistencias de los alimentos y, en el caso de los
pacientes con vía aérea (VA) artificial, favorecer el proceso de decanulación.
Objetivo
A partir de
un diagrama de flujo, describir la intervención fonoaudiológica implementada en
nuestra institución en el PCC con traqueostomía para sistematizar la
descomplejización de la encrucijada aerodigestiva y favorecer el proceso de decanulación.
Pacientes críticos crónicos
Se define a
esta población como aquella que ha sobrevivido a una enfermedad crítica aguda,
pero que tiene disfunción orgánica persistente después del cuadro inicial, y
que requiere semanas, meses o incluso años de atención especializada.2
Los PCC que
requieren de cuidados intensivos prolongados comúnmente generan altos costos y
tienen estancias hospitalarias extendidas en unidades de cuidados intensivos
(UCI). Dichos enfermos necesitan, entre otros, ventilación mecánica (VM)
prolongada y su supervivencia a largo plazo es pobre, incluso excede a las de
algunas enfermedades malignas, la mayoría de ellos resultan con dependencia
vital persistente.1
La enfermedad
crítica crónica debe entenderse como un agotamiento continuo y persistente de
las reservas fisiológicas disponibles de un paciente que, independientemente de
su edad y sus comorbilidades, ha debido sortear el efecto agudo de una
enfermedad grave. Entendiendo de esta forma el problema y, si bien hasta ahora
no existe una definición única y precisa, un consenso práctico sugiere incluir
dentro del grupo de PCC, a quienes:3
• requieran más de 21 días de VM (al
menos, 6 h cada día), o
• requieran un mínimo de 8 días de
estancia en la UCI y posean alguna de las siguientes condiciones:
- Traqueostomía
- VM prolongada por más de 96 h
- Accidente cerebrovascular
- Traumatismo craneoencefálico
- Sepsis
- Heridas graves
La
prevalencia de PCC varía entre el 5% y el 20% de los pacientes ingresados en la
UCI. Aquellos pacientes críticos agudos que se vuelven crónicos después de una
estancia en la UCI cuentan con necesidades únicas y complejas. Esta situación
requiere un cambio de plan de manejo clínico y en los objetivos generales de
atención, centrándose en la rehabilitación, el alivio de los síntomas y la
atención al final de la vida.
En nuestro
caso, más allá de la UCI, el sanatorio está ubicado en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires y cuenta con una UPCC. Se trata de una unidad de internación
cerrada con 24 habitaciones individuales de alta complejidad, con monitoreo
constante, destinada a pacientes que, tras superar el período crítico agudo de
su enfermedad, continúan requiriendo apoyo ventilatorio continuo o parcial.
Dichos pacientes provienen principalmente de la UCI, Unidad Coronaria y Unidad
de Accidente Cerebrovascular.
La UPCC está
conformada por un equipo interdisciplinario de médicos intensivistas,
infectólogos, enfermeros, kinesiólogos, fonoaudiólogos, terapistas
ocupacionales y nutricionistas. A su vez, cuenta con diferentes especialidades
que acuden a la unidad como interconsultores, tal es el caso de psiquiatras,
psicólogos, otorrinolaringólogos, neumólogos, neurólogos, gastroenterólogos,
entre otros.
El
fonoaudiólogo es un eslabón importante del equipo, ya que favorece el
seguimiento y la detección de posibles riesgos de seguridad y eficacia en la
deglución, puede restaurar funciones fonatorias, deglutorias y priorizar la
comunicación.4
Las
habilidades y la experiencia de los fonoaudiólogos en el área de deglución,
voz, habla, lenguaje, comunicación y cognición agregan un especial valor al
equipo en las unidades críticas.4
Características del paciente en relación a la
disfagia orofaríngea
La disfagia
no solo se evidencia por la propia limitación de la deglución de alimentos y
líquidos, sino también por la dificultad en el control y manejo de secreciones
que interfiere en la protección de la VA.
Schroeder et
al definen las causas de la disfagia en el enfermo crítico en tres categorías
etiológicas:
I. Asociada con el diagnóstico
principal
La funcionalidad de la red de deglución está afectada por trastornos
neurológicos generando disfagia neurogénica con una alta incidencia de hasta el
70%.5,6 El accidente cerebrovascular y las
enfermedades inflamatorias del sistema nervioso central conducen, según la
ubicación, a la alteración del control supramedular o medular de la deglución.
El síndrome de Guillain-Barré, la neuropatía por enfermedad crítica y la
miopatía por enfermedad crítica causan disfagia debido a un deterioro de la
función motora y sensorial de los nervios craneales.5
En la Unidad de Accidente Cerebrovascular de nuestra institución la
incidencia de disfagia fue del 51% en una muestra de 1221 pacientes internados
entre agosto de 2017 y septiembre de 2021.7
Finalmente, los propios trastornos de los músculos de la deglución, como
pueden observarse en la miositis inflamatoria, así como los trastornos que
afectan a la unión neuromuscular conducen a la disfagia miogénica.
II. Asociada a las comorbilidades
Aparte del diagnóstico principal, las comorbilidades también juegan un
papel importante. Debe mencionarse una amplia gama de trastornos
neurodegenerativos (p. ej., enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer),
neurovasculares (ictus, arteriosclerosis subcortical, encefalopatía) o
neuromusculares (polimiositis, esclerosis lateral amiotrófica). Estos
trastornos están asociados con disfagia preexistente o, al menos, aumentan la
probabilidad de un deterioro de la función de deglución durante el tratamiento
en la UCI.5
La disfagia orofaríngea afecta al 52-82% de los pacientes con enfermedad
de Parkinson. Es el síntoma inicial en el 60% de los pacientes con esclerosis
lateral amiotrófica, afecta al 40% de los pacientes con miastenia grave, al 44%
con esclerosis múltiple y hasta el 84% de los pacientes con demencia tipo
Alzheimer.8,9
III. Asociada a los trastornos adquiridos en la UCI
Se describen seis potenciales mecanismos causales:
1.
El
tubo endotraqueal, la cánula traqueal, las máscaras laríngeas y las sondas de
succión nasogástrica pueden provocar diversas lesiones en la faringe, la
laringe o el esófago.
2.
Debilidad
de los músculos de la deglución a causa de la neuropatía y la miopatía de
enfermedades críticas.
3.
El
desarrollo de déficits sensoriales orofaríngeos y laríngeos.
4.
El
deterioro cualitativo y cuantitativo de la conciencia, ya sea como efecto de la
medicación sedante o como resultado del delirio, también están involucrados en
el desarrollo de la disfagia.
5.
El
reflujo gastroesofágico en pacientes críticos provoca un suministro
insuficiente de nutrientes y es, en particular, un factor de riesgo principal
para la aspiración.
6.
Desincronización
de la respiración y la deglución. Tanto la duración de la apnea de la
deglución, como la coordinación del ciclo respiratorio y el momento de la
deglución pueden verse alterados, y aumentar el riesgo de aspiración.5-10
El aumento en
los tiempos de procesos de intubación e instrumentación de la VA tiene una gran
incidencia en las disfunciones deglutorias.11,12 Según algunos autores, la
frecuencia de disfagia de los pacientes después de la intubación endotraqueal
varía del 3% al 62%.13 Otros refieren que la frecuencia de
la aspiración posextubación es del 59% y la duración de la intubación se
correlaciona positivamente con la gravedad de la disfagia.14
Un gran
porcentaje de pacientes necesita una VA artificial. La neumonía supone hasta un
25% de las complicaciones infecciosas nosocomiales; el 90% de estas neumonías
se relaciona con la VM, y se ha constatado que esta relación aumenta con el
tiempo de VM. Según distintas fuentes, la mortalidad atribuible a la
sobreinfección respiratoria nosocomial en dichas unidades oscila entre el 33% y
el 50%.15
Los pacientes
con requerimiento de VM a largo plazo requieren de una traqueostomía y el
riesgo de desarrollar disfagia es alto, debido a la falta de un estímulo de
flujo de aire faringolaríngeo.16
La disfagia
orofaríngea independientemente de su origen aumenta la morbilidad, la
mortalidad, la estancia media y los costes intangibles y de oportunidad
hospitalarios.17 El encargado de evaluar, diagnosticar y
rehabilitar la disfagia orofaríngea es el profesional fonoaudiólogo. A su vez,
interviene durante el proceso de descomplejización del paciente para favorecer,
de manera precoz, el proceso de coordinación de la función
deglutoria-respiratoria y la comunicación como estrategia de registro
cognitivo.18,19
Intervención fonoaudiológica propuesta en la UPCC
Todo paciente
que ingresa en la UPCC es atendido por el fonoaudiólogo, quien se encarga de
valorar el estado de conciencia, el lenguaje, el habla, la cognición, los
requerimientos de comunicación aumentativa alternativa y la deglución.
En la UPCC,
se pueden diferenciar dos grupos de pacientes que requieren de intervenciones
deglutorias específicas:
Pacientes con VA fisiológica, alimentación alternativa
o dieta modificada
• Aplicación y estimulación de
estrategias de comunicación aumentativa temprana.
• Mantención de la higiene oral.
• Rehabilitación de la deglución no
nutritiva, estimulación de la sensibilidad oral y ejercicios laríngeos
isométricos-isotónicos.
• Abordaje de la función deglutoria con
estimulación favoreciendo reflejos orofaríngeos.
• Rehabilitación de la coordinación
respiración-deglución mediante ejercicios de fuerza espiratoria, ejercicios de
competencia glótica, despeje voluntario –facilitado o no– de secreciones
glóticas y faríngeas.
• Rehabilitación de la tos a través de la
estimulación faríngea y laríngea.
• Asistir en el progreso a una dieta oral
completa para lograr el retiro de vías alternativas de alimentación.20,21
• Abordaje de funciones estomatognáticas,
motilidad oral, masticación, formación y traslado del bolo alimenticio, manejo
de sustancias líquidas.
• Incorporación de consistencias con el
objetivo de iniciar la alimentación por vía oral, utilización de dietas
específicas y modificadas para hacer de la alimentación una vía segura y
eficaz.
Los alimentos
con textura modificada y los líquidos espesados utilizados durante la
estimulación o indicados a los pacientes con disfagia, se basan en la International
Dysphagia Diet Standardisation Initiative (IDDSI), terminología común para
describir las texturas de los alimentos y la viscosidad de las bebidas.22 La alimentación podrá presentarse de
forma exclusivamente enteral, luego alimentación mixta hasta poder llegar a la
ingesta por vía oral sin aporte alternativo.
Pacientes con VA artificial con asistencia
respiratoria y alimentación alternativa
Los pacientes
con traqueostomía tienen asincronía en el proceso deglutorio y respiratorio.
Portar una cánula de traqueostomía con balón genera la imposibilidad de
mantener el flujo aéreo hacia la VA superior, alteración del manejo de
presiones glóticas, subglóticas y del mecanismo propio de protección de la VA
provocando dificultades en el acto motor deglutorio.
En la UPCC,
se aplica una intervención temprana y oportuna abordando al paciente de forma
interdisciplinaria.
Desde
fonoaudiología se hace hincapié en la higiene oral con el fin de evitar
complicaciones respiratorias ante posibles aspiraciones de bacterias orales que
puedan perjudicar al paciente.
A
continuación, se desarrollará el diagrama de flujo (Figura) de evaluación
fonoaudiológica del PCC con traqueostomía.
Figura. Diagrama de flujo de la evaluación fonoaudiológica del paciente crítico crónico con traqueostomía.
VF = válvula fonatoria; SS = semisólidos; L = líquidos.
Se inicia la
evaluación clínica fonoaudiológica valorando funciones comunicativas, como
habla, cognición o lenguaje. Se continúa observando pares craneales a través de
la ejecución de praxias orolinguofaciales, lo cual permitirá valorar el tono y
la movilidad de estructuras estomatognáticas, la sensibilidad intraoral y
facial, el reflejo nauseoso, la motilidad velar, las degluciones espontáneas y
voluntarias.23
Cuando los
patrones respiratorios se han estabilizado y el paciente no requiere asistencia
mecánica parcial e inicia el protocolo de destete, en conjunto con el
kinesiólogo se aspirarán las secreciones a través del puerto subglótico, lo
cual permitirá conocer la cantidad y su calidad. El equipo interdisciplinario
evaluará el primer desinflado del balón y la oclusión digital, la competencia
de las VA superiores, las posibilidades posturales, el manejo de secreciones,
las variaciones de la SatO2 y los síntomas
respiratorios.24 Si el paciente tolera el procedimiento, se
colocará una válvula fonatoria (VF) con posterior medición de la presión
espiratoria. Los valores de 0 a 5 cm H2O indican un flujo de aire adecuado,
por lo que se procederá a la oclusión con tapón fonatorio (TF). Las presiones
de 5-10 cm H2O indican una mayor resistencia al flujo de aire, y el paciente continuará
con períodos de VF.25
Desde el
aspecto fonoaudiológico, se realizará una prueba indirecta de la mecánica
deglutoria: estado cognitivo conductual, posibilidad de colaboración, pares
craneales involucrados en la deglución, presencia de degluciones espontáneas y
a la orden, calidad vocal, coordinación fonorrespiratoria y efectividad de la
tos y el carraspeo. Si el paciente no tolera el procedimiento, se repetirá al
día siguiente. Antes se realizará una estimulación indirecta de la función
deglutoria y períodos de estimulación de VA superiores con aire comprimido por
puerto subglótico.26 Los períodos controlados y
supervisados de oclusión irán en aumento evaluando la tolerancia o la aparición
de posible fatiga.27 El abordaje será en sesiones
diarias de 30 minutos en doble turno. Se buscará la ventana terapéutica del
paciente para realizar esta intervención durante el turno mañana y el turno
tarde.
En conjunto
con kinesiología, se realizará el Blue Dye Test (BDT), el cual se complementará
con la primera evaluación indirecta de la mecánica deglutoria antes realizada.28,29 Si ambas pruebas indirectas son
favorables, se continuará con la evaluación.30
Se
implementará la evaluación directa deglutoria con el BDT modificado con
consistencias semisólidas, valorando la coordinación entre la respiración y la
deglución, la presencia de caída prematura, tos refleja, cambios en la voz y la
frecuencia y el tiempo del disparo deglutorio. Las pruebas directas se llevarán
a cabo en dos oportunidades.31 En una primera instancia, se
administrarán, de manera progresiva, cucharadas de hasta 50 ml de semisólidos
y, en una segunda instancia, de 100 ml. En el caso de dos resultados negativos
y una valoración clínica deglutoria sin alteración de la seguridad, se iniciará
un período de alimentación mixta (alimentación enteral con dieta Nivel 4 IDDSI)
en pos del posible destete de la alimentación enteral teniendo en cuenta la
eficacia deglutoria.22 Se repite el procedimiento antes
descrito con consistencia líquida (agua) en 50 ml para el primero y, luego, 100
ml. Una vez obtenidos dos resultados negativos consecutivos y si la valoración
clínica deglutoria para dicha consistencia no presenta alteración, se
habilitará la ingesta de líquidos.
Es importante
enfatizar la importancia de la valoración clínica de la deglución y de los
mecanismos protectores de la VA, y su concordancia con el BDT. El análisis de
la correspondencia o no de ambos procedimientos es preponderante para las
decisiones clínicas relacionadas con la terapia y, finalmente, la decanulación
segura.20
Por otro
lado, si existe discrepancia entre los resultados de los BDT modificados y la
evaluación clínica se sugiere realizar un estudio objetivo de la deglución,
como una fibroendoscopia deglutoria.31
La evaluación
deglutoria con consistencia e indicación de ingesta oral se realiza siempre y
cuando el paciente esté con balón desinflado y VF o TF.
Cuando el
paciente logra una mayor tolerancia al tiempo de uso de la VF o el TF, se
coordinará con el equipo de kinesiología para continuar con el protocolo de decanulación.
Si, durante
la intervención, se registra una presión espiratoria >10 cm H2O no se recomienda el uso de VF y se
consensua junto al equipo interdisciplinario el recambio de la cánula por una
de menor diámetro.25
Se sugiere la
evaluación de la VA objetiva en los siguientes casos:
• si hay estridor, estertor o flujo
turbulento frente a la auscultación cervical,
• si hay intolerancia al desinflado del
balón en más de tres oportunidades,
• si, luego de disminuir el diámetro de
la cánula, no hubo mejoría impidiendo la tolerancia a la VF o el TF,
• hay abundante pasaje de saliva a la VA.
En este último, se evaluará, en forma interdisciplinaria, el manejo del
paciente con disfagia severa.
Es importante
destacar que, cuando el paciente esté en condiciones de ser descanulado, sin
haber finalizado la evaluación del BDT modificado, se procederá de igual manera
con la decanulación, ya que el manejo de las consistencias no es condición para
la retirada de la cánula de traqueostomía. En este caso, se continuará con la
rehabilitación deglutoria y la progresión alimentaria del paciente sin cánula.
Durante el
período de intervención fonoaudiológica, se incluirá al familiar con el fin de
apoyar la sistematicidad del cuidado y la estimulación según las pautas
brindadas por el equipo. Los primeros momentos de ingesta serán supervisados
con el fin de lograr el control postural y un adecuado desempeño durante la
alimentación oral.
Desde nuestra
especialidad, establecemos mecanismos para fomentar dinámicas de comunicación
claras entre pacientes, familiares, cuidadores y personal asistencial. Las
estrategias fonoaudiológicas se enfocan principalmente en favorecer el
desarrollo por parte del paciente del autocontrol o autorregulación, la
comunicación de necesidades, la retroalimentación de emociones que favorece la
orientación, el bienestar, disminuye los niveles de frustración y apuntan a
garantizar la calidad de vida.
Discusión
Este estudio
se centra en describir la intervención fonoaudiológica sistemática para PCC con
traqueostomía, con el objetivo de descomplejizar la encrucijada aerodigestiva y
facilitar el proceso de decanulación. Este enfoque se basa en un diagrama de
flujo que estructura cada paso de la intervención fonoaudiológica. La
implementación de un enfoque interdisciplinario es esencial en este protocolo.
La
colaboración entre diferentes disciplinas en el manejo de pacientes con
traqueostomía no solo mejora los resultados clínicos, sino que también reduce
las complicaciones asociadas con la traqueostomía.32,33 Aunque nuestro estudio se centra en
la intervención de los fonoaudiólogos en el manejo de estos pacientes, es
importante destacar que estos profesionales están subutilizados en la
rehabilitación de pacientes con traqueostomía, a pesar de su capacidad para
diagnosticar, tratar, controlar y resolver problemas durante el proceso de decanulación.34
Un aspecto
distintivo de este estudio es la inclusión de una evaluación clínica deglutoria
fonoaudiológica detallada, la cual se alinea con los resultados del DecaPreT,
una herramienta que predice la decanulación segura en pacientes con disfagia y
traqueostomía utilizando variables clínicas simples.35
Otros
aspectos destacados en nuestro enfoque dentro de la evaluación clínica es el
uso de VF36-38 o TF29 durante el destete del paciente, y
del BDT y su versión modificada. La bibliografía respalda nuestra intervención,
subrayando la importancia de la VF o TF para determinar la capacidad del
paciente de ser descanulado de manera segura. Además, la evaluación de la
presión espiratoria coincide con investigaciones previas que demuestran su
fiabilidad como indicador del éxito en la decanulación.25-27 El uso del BDT y su versión
modificada se alinea con estudios que han utilizado estas pruebas para
minimizar el riesgo de aspiración en pacientes con traqueostomía y la
repetición de la prueba con cantidades progresivamente crecientes.28-31,39 Otro estudio considera al BDT modificado para
evitar la necesidad de un procedimiento invasivo si este arroja un resultado
positivo.40 Sin embargo, se debe tener en cuenta que estas
pruebas tienen alta especificidad y baja sensibilidad; por tal motivo,
en este estudio, consideramos imprescindible la evaluación clínica
fonoaudiológica en la toma de decisiones.31,41,42
A diferencia
de estudios que priorizan métodos más invasivos y objetivos,31 este protocolo opta por herramientas de
predicción de riesgo deglutorio más accesibles. Aunque esto puede limitar la
precisión en algunos casos, facilita su implementación en contextos con
recursos limitados. En nuestro diagrama de flujo, si existe una discrepancia
entre los resultados del BDT modificado y la evaluación clínica, se sugiere
realizar un estudio objetivo de la deglución. Sin embargo, este estudio no se
utiliza de rutina, lo que es comparable con investigaciones que reportan una
tasa de decanulación del 90% y una tasa de éxito del 100% sin la ayuda de una
evaluación instrumental sistemática, como la fibroendoscopia de la deglución o
la videofluoroscopia.32
Aunque en la
Argentina, la integración de fonoaudiólogos en unidades críticas aún se
encuentra en una fase incipiente, asumimos que el papel de estos profesionales
es fundamental. No obstante, este protocolo puede no ser aplicable a otras
instituciones que no cuenten con fonoaudiólogos. La falta de estos
especialistas podría restringir la implementación de las estrategias propuestas
y, en consecuencia, impactar negativamente en los resultados de la intervención
y rehabilitación de pacientes con traqueostomía.
Conclusiones
De acuerdo
con lo reflejado en nuestro estudio, el abordaje de los pacientes con
traqueostomía debe ser interdisciplinario y requiere de profesionales
especializados que aseguren una rehabilitación fonoaudiológica oportuna y
efectiva. Sistematizar el procedimiento de decanulación proporciona un
lineamiento claro, define roles específicos y asegura una colaboración
eficiente entre los profesionales.
Este diagrama
de flujo destaca la importancia de una intervención fonoaudiológica sistemática
ofreciendo un marco valioso que podría mejorar los resultados clínicos y
reducir complicaciones en contextos con recursos variados. Sin embargo, no es
extrapolable a otras instituciones que no cuenten con fonoaudiólogos, ya que su
participación en unidades críticas aún es limitada en la Argentina.
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